El Señor es mi luz y mi salvacón,
¿a quién voy a tenerle miedo?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién podrá hacerme temblar? R.
Lo único que pido, lo único que busco,
es vivir en la casa del Señor toda mi vida,
para disfturar las bondades del Señor
y estar continuamente en su presencia. R.
La bondad del Señor espero ver
en esta misma vida.
Ármate de valor y fortaleza
y en el Señor confía. R.